Después de tres intensos días y una noche completa de negociaciones entre la Comisión Europea (en nombre de los Estados miembros de la UE) y Mauritania, en plena época de Ramadán, finalmente, a las 4 de la madrugada del jueves al viernes de la semana pasada, los negociadores acordaron cerrar el nuevo protocolo de pesca que permitirá a 98 buques de la UE faenar en las aguas del país africano a cambio de un poco más de 59 millones de euros (55 M€ por el acceso y un poco más de 4 M€ de apoyo sectorial).
Desde el primer día de negociaciones, se veía que no iba a ser fácil cerrar el acuerdo de forma satisfactoria. Si bien se acogía con optimismo la buena predisposición para cerrar la negociación en esta quinta ronda, también se veía que la parte mauritana no tenía intención de conceder muchas mejoras técnicas a los europeos. Así, lentamente, fueron pasando las horas y produciéndose pocos avances. Para nosotros, los representantes del sector que hemos seguido desde el Hotel Monotel de Nuakchot las negociaciones, los días nos parecían eternos.
Al terminar el primer día, los representantes del MAGRAMA desplazados hasta Mauritania, un Director General (J. M. Corvinos) y un Subdirector General (R. Centenera), se reunieron con nosotros para contarnos, con todo detalle, lo acontecido. Realmente, pocas noticias. Repaso al borrador de protocolo, sin entrar en los temas más conflictivos, es decir, las condiciones técnicas y la contrapartida financiera.
En el segundo día ya entraron en materia. Después de todo el día, a las 19 h, nos convocó la Comisión Europea en la Delegación de la UE en la capital de Mauritania para explicarnos los avances que se habían producido. Con la participación de los Estados miembros, los allí presentes del sector (españoles, holandeses, polacos, lituanos y letones), fuimos informados en detalle de todo lo ocurrido. Tal y como le dijimos a los representantes de la Comisión, las cosas iban en la buena dirección, pero había que seguir peleando por algunas mejoras importantes.
Así, nos dijeron que el acuerdo podría durar cuatro años, que los cánones de los armadores no los querían bajar, que se negaban a conceder posibilidades de pesca a los cefalopoderos, argumentando que el pulpo lo querían reservar para la flota local, que querían seguir utilizando el doble sistema de seguimiento por satélite (que tantos problemas nos ha creado por no coincidir las posiciones del sistema europeo con el de ellos), que no querían oír hablar de la posibilidad de autorizar algunos desembarcos en el puerto de Las Palmas y que íbamos a tener que llevar el 60% de la tripulación mauritana, excluidos los oficiales.
Por otro lado, repasamos la situación de cada flota. Así, nos adelantaron que los marisqueros podrían pescar en una playa más y que no iban a tener que realizar ninguna parada biológica, salvo que los científicos lo recomendasen en el futuro. En cambio, no accedían a las otras dos playas que solicitábamos, no querían arreglarnos un problema que podemos tener con el by-catch de cangrejo, ni nos querían facilitar la burocracia en los casos de salida de zona de pesca. Las toneladas de marisco autorizadas iban a ser las mismas, 5.000 al año.
Para los merluceros, accedieron a subir las posibilidades de pesca de 4.000 hasta las 6.000 tn al año y dudaban si modificar la zona de pesca durante el paro biológico del cefalópodo.
Con relación a los palangreros que se dedican a la palometa, que proceden de Ribeira, también accedieron a subir las posibilidades de pesca de 2.500 a 3.000 tn al año.
A los cerqueros atuneros congeladores, cañeros y palangreros, proponían subirles el tonelaje de referencia y mantenerle las mismas condiciones técnicas del protocolo anterior.
Con estos datos, nos fuimos un poco más optimistas a la cena que nos había organizado amablemente el Embajador de España en Mauritania, Antonio Torres Dulce, en nuestra Embajada. En este tipo de circunstancias, el sector pesquero español siempre agradece muchísimo la hospitalidad que nos suelen brindar los Embajadores. En este caso, el Embajador se portó extraordinariamente bien.
Al día siguiente, se volvieron a reunir temprano los negociadores. A lo largo del día, los representantes de la Secretaría General de Pesca nos informaron en varias ocasiones de lo que iba ocurriendo. Tras una larga noche, con algún que otro sobresalto de última hora, por fin, a las 4 de la mañana, recibimos la noticia de que el acuerdo estaba firmado. Después de permanecer toda la noche en vela, estábamos ansiosos por saber cómo se había cerrado el protocolo. Una vez más, la SG Pesca nos dio, a las 4:30 h de la mañana, todos los detalles.
No hubo grandes sorpresas. Además de confirmar lo del día anterior, se añadieron un par de cosas positivas y una negativa: se confirmó que a los merluceros y a los que se dedican a la palometa no se les iba a aplicar las limitaciones de zonas de pesca durante el paro biológico del cefalópodo y se incluyó un párrafo que abría la puerta a la esperanza para conseguir, en el futuro, en alguna comisión mixta, algunas posibilidades de pesca a los arrastreros congeladores dedicados a especies demersales. Por otro lado, la noticia negativa es que incrementaban considerablemente el canon de los atuneros, palangreros y cañeros.
Agotados, sin dormir, nos fuimos rápidamente para el aeropuerto para coger el vuelo de las 7 de la mañana y vuelta a Madrid, vía Casablanca. Una vez en la capital de España, sobre las 14:30 h, mi maleta no apareció (no me la entregaron hasta el domingo). No fue la mejor forma de terminar el viaje…
En fin, tras el análisis de los resultados, dijimos que nos había dejado un sabor agridulce. Unos están más contentos que otros. Pero bueno, prefiero quedarme con lo positivo. El acuerdo firmado permitirá regresar al caladero mauritano a cerca de 50 buques españoles, los cuales llevaban casi un año sin pescar en esas aguas. Creemos que no será posible hacerlo hasta el mes de diciembre, que es cuando calculamos que concluirá el proceso de aprobación de la aplicación provisional por parte del Consejo de Ministros de la UE, tras la propuesta de la Comisión Europea.
Voy a terminar agradeciendo al personal de la Secretaría General de Pesca todo el esfuerzo realizado por intentar conseguir el mejor resultado y por habernos tenido informados antes, durante y después de la firma del acuerdo. Lo mismo puedo decir de los representantes de la Comisión Europea.
Confiemos en que a partir de ahora se pueda aplicar sin sobresaltos el nuevo protocolo y que, en la próxima comisión mixta, nos concedan alguna posibilidad de pesca para esta nueva categoría arriba mencionada y que permitan algún desembarque en el Puerto de Las Palmas. Ambas noticias serían buenísimas para el sector pesquero español y europeo.
Hasta la próxima.
Después de tres intensos días y una noche completa de negociaciones entre la Comisión Europea (en nombre de los Estados miembros de la UE) y Mauritania, en plena época de Ramadán, finalmente, a las 4 de la madrugada del jueves al viernes de la semana pasada, los negociadores acordaron cerrar el nuevo protocolo de pesca que permitirá a 98 buques de la UE faenar en las aguas del país africano a cambio de un poco más de 59 millones de euros (55 M€ por el acceso y un poco más de 4 M€ de apoyo sectorial).
Desde el primer día de negociaciones, se veía que no iba a ser fácil cerrar el acuerdo de forma satisfactoria. Si bien se acogía con optimismo la buena predisposición para cerrar la negociación en esta quinta ronda, también se veía que la parte mauritana no tenía intención de conceder muchas mejoras técnicas a los europeos. Así, lentamente, fueron pasando las horas y produciéndose pocos avances. Para nosotros, los representantes del sector que hemos seguido desde el Hotel Monotel de Nuakchot las negociaciones, los días nos parecían eternos.
Al terminar el primer día, los representantes del MAGRAMA desplazados hasta Mauritania, un Director General (J. M. Corvinos) y un Subdirector General (R. Centenera), se reunieron con nosotros para contarnos, con todo detalle, lo acontecido. Realmente, pocas noticias. Repaso al borrador de protocolo, sin entrar en los temas más conflictivos, es decir, las condiciones técnicas y la contrapartida financiera.
En el segundo día ya entraron en materia. Después de todo el día, a las 19 h, nos convocó la Comisión Europea en la Delegación de la UE en la capital de Mauritania para explicarnos los avances que se habían producido. Con la participación de los Estados miembros, los allí presentes del sector (españoles, holandeses, polacos, lituanos y letones), fuimos informados en detalle de todo lo ocurrido. Tal y como le dijimos a los representantes de la Comisión, las cosas iban en la buena dirección, pero había que seguir peleando por algunas mejoras importantes.
Así, nos dijeron que el acuerdo podría durar cuatro años, que los cánones de los armadores no los querían bajar, que se negaban a conceder posibilidades de pesca a los cefalopoderos, argumentando que el pulpo lo querían reservar para la flota local, que querían seguir utilizando el doble sistema de seguimiento por satélite (que tantos problemas nos ha creado por no coincidir las posiciones del sistema europeo con el de ellos), que no querían oír hablar de la posibilidad de autorizar algunos desembarcos en el puerto de Las Palmas y que íbamos a tener que llevar el 60% de la tripulación mauritana, excluidos los oficiales.
Por otro lado, repasamos la situación de cada flota. Así, nos adelantaron que los marisqueros podrían pescar en una playa más y que no iban a tener que realizar ninguna parada biológica, salvo que los científicos lo recomendasen en el futuro. En cambio, no accedían a las otras dos playas que solicitábamos, no querían arreglarnos un problema que podemos tener con el by-catch de cangrejo, ni nos querían facilitar la burocracia en los casos de salida de zona de pesca. Las toneladas de marisco autorizadas iban a ser las mismas, 5.000 al año.
Para los merluceros, accedieron a subir las posibilidades de pesca de 4.000 hasta las 6.000 tn al año y dudaban si modificar la zona de pesca durante el paro biológico del cefalópodo.
Con relación a los palangreros que se dedican a la palometa, que proceden de Ribeira, también accedieron a subir las posibilidades de pesca de 2.500 a 3.000 tn al año.
A los cerqueros atuneros congeladores, cañeros y palangreros, proponían subirles el tonelaje de referencia y mantenerle las mismas condiciones técnicas del protocolo anterior.
Con estos datos, nos fuimos un poco más optimistas a la cena que nos había organizado amablemente el Embajador de España en Mauritania, Antonio Torres Dulce, en nuestra Embajada. En este tipo de circunstancias, el sector pesquero español siempre agradece muchísimo la hospitalidad que nos suelen brindar los Embajadores. En este caso, el Embajador se portó extraordinariamente bien.
Al día siguiente, se volvieron a reunir temprano los negociadores. A lo largo del día, los representantes de la Secretaría General de Pesca nos informaron en varias ocasiones de lo que iba ocurriendo. Tras una larga noche, con algún que otro sobresalto de última hora, por fin, a las 4 de la mañana, recibimos la noticia de que el acuerdo estaba firmado. Después de permanecer toda la noche en vela, estábamos ansiosos por saber cómo se había cerrado el protocolo. Una vez más, la SG Pesca nos dio, a las 4:30 h de la mañana, todos los detalles.
No hubo grandes sorpresas. Además de confirmar lo del día anterior, se añadieron un par de cosas positivas y una negativa: se confirmó que a los merluceros y a los que se dedican a la palometa no se les iba a aplicar las limitaciones de zonas de pesca durante el paro biológico del cefalópodo y se incluyó un párrafo que abría la puerta a la esperanza para conseguir, en el futuro, en alguna comisión mixta, algunas posibilidades de pesca a los arrastreros congeladores dedicados a especies demersales. Por otro lado, la noticia negativa es que incrementaban considerablemente el canon de los atuneros, palangreros y cañeros.
Agotados, sin dormir, nos fuimos rápidamente para el aeropuerto para coger el vuelo de las 7 de la mañana y vuelta a Madrid, vía Casablanca. Una vez en la capital de España, sobre las 14:30 h, mi maleta no apareció (no me la entregaron hasta el domingo). No fue la mejor forma de terminar el viaje…
En fin, tras el análisis de los resultados, dijimos que nos había dejado un sabor agridulce. Unos están más contentos que otros. Pero bueno, prefiero quedarme con lo positivo. El acuerdo firmado permitirá regresar al caladero mauritano a cerca de 50 buques españoles, los cuales llevaban casi un año sin pescar en esas aguas. Creemos que no será posible hacerlo hasta el mes de diciembre, que es cuando calculamos que concluirá el proceso de aprobación de la aplicación provisional por parte del Consejo de Ministros de la UE, tras la propuesta de la Comisión Europea.
Voy a terminar agradeciendo al personal de la Secretaría General de Pesca todo el esfuerzo realizado por intentar conseguir el mejor resultado y por habernos tenido informados antes, durante y después de la firma del acuerdo. Lo mismo puedo decir de los representantes de la Comisión Europea.
Confiemos en que a partir de ahora se pueda aplicar sin sobresaltos el nuevo protocolo y que, en la próxima comisión mixta, nos concedan alguna posibilidad de pesca para esta nueva categoría arriba mencionada y que permitan algún desembarque en el Puerto de Las Palmas. Ambas noticias serían buenísimas para el sector pesquero español y europeo.
Hasta la próxima.