Como dije en el post anterior, el tiempo pasa volando. Retomo el blog con un cierto retraso, pero con mucho interés por informar. Hemos preparado a conciencia la reunión de esta semana: la quinta ronda de negociación del protocolo de pesca entre la UE y Mauritania, que se celebra en Nuakchot del 7 al 9 de julio. No es la mejor época, por el Ramadán, y sigue habiendo distancia entre las posiciones, pero hay una oportunidad de acuerdo que queremos aprovechar. Por eso, estoy, acompañado por algunos colegas, desde ayer por la noche en Mauritania y me quedaré hasta el viernes próximo. Para nosotros, es importante seguir las negociaciones de cerca y apoyar técnicamente a la Secretaría General de Pesca y a la Comisión Europea durante las mismas. Ya la semana pasada tuvimos ocasión de explicarles nuestras prioridades en sendas reuniones organizadas en Madrid y en Bruselas.
Hasta hace nada las posiciones estaban muy encontradas; parecía difícil que los negociadores se volvieran a sentar a negociar. Pero, a principios de año, se produjeron contactos entre el Comisario Vella y el Ministro de Pesca de Mauritania y, posteriormente, entre los negociadores, que han permitido que las dos partes hayan manifestado de nuevo su interés en continuar con las negociaciones. ¿Qué ha pasado desde entonces? Sabemos que el problema principal que alejaba las posiciones de unos y otros era, por un lado, el dinero que pretendía obtener Mauritania, nunca inferior al del anterior protocolo y, por otro, la mejora en las condiciones técnicas que deseaban los europeos con el fin de poder hacer sostenible y rentable la actividad. Hoy en día, sobre la mesa están los 45 M€ que propuso la Comisión Europea, exclusivamente para el acceso. Además, las posiciones siguen enfrentadas con relación a la posibilidad de incluir la categoría de cefalópodos en el nuevo protocolo.
Para nosotros, en estos momentos, lo más importante es que se negocien unas condiciones técnicas adecuadas. Si no se consiguiesen en esta ronda, sería preferible no cerrar en falso el acuerdo y seguir negociando en otra ronda posterior. Lo peor que podría ocurrir es que se repitiese la historia del protocolo anterior. Después de un montón de rondas, la Comisión Europea decidió, en contra de la opinión de todo el sector pesquero y de los Estados miembros de la UE, rubricar un acuerdo que dejaba fuera a los cefalopoderos y que incluía unas condiciones técnicas que impedían que la actividad pudiese ser mínimamente rentable. Por ello, la mayoría de los buques no utilizaron las licencias que el acuerdo ofrecía durante muchos meses, y esto fue así hasta que se consiguieron mejorar dichas condiciones técnicas en las sucesivas Comisiones Mixtas.
Confiemos en esta ocasión en las aparentes ganas que hay de sacar el acuerdo adelante y que, al final de la semana, nos podamos volver a casa con un resultado positivo, que permita a nuestros buques poder utilizar el que sería el acuerdo de pesca más importante entre la UE y un tercer país. Si así fuera, se crearía mucho empleo tanto en España como en Mauritania y se devolvería la alegría a mucha gente de Andalucía, Galicia y País Vasco.
Como dije en el post anterior, el tiempo pasa volando. Retomo el blog con un cierto retraso, pero con mucho interés por informar. Hemos preparado a conciencia la reunión de esta semana: la quinta ronda de negociación del protocolo de pesca entre la UE y Mauritania, que se celebra en Nuakchot del 7 al 9 de julio. No es la mejor época, por el Ramadán, y sigue habiendo distancia entre las posiciones, pero hay una oportunidad de acuerdo que queremos aprovechar. Por eso, estoy, acompañado por algunos colegas, desde ayer por la noche en Mauritania y me quedaré hasta el viernes próximo. Para nosotros, es importante seguir las negociaciones de cerca y apoyar técnicamente a la Secretaría General de Pesca y a la Comisión Europea durante las mismas. Ya la semana pasada tuvimos ocasión de explicarles nuestras prioridades en sendas reuniones organizadas en Madrid y en Bruselas.
Hasta hace nada las posiciones estaban muy encontradas; parecía difícil que los negociadores se volvieran a sentar a negociar. Pero, a principios de año, se produjeron contactos entre el Comisario Vella y el Ministro de Pesca de Mauritania y, posteriormente, entre los negociadores, que han permitido que las dos partes hayan manifestado de nuevo su interés en continuar con las negociaciones. ¿Qué ha pasado desde entonces? Sabemos que el problema principal que alejaba las posiciones de unos y otros era, por un lado, el dinero que pretendía obtener Mauritania, nunca inferior al del anterior protocolo y, por otro, la mejora en las condiciones técnicas que deseaban los europeos con el fin de poder hacer sostenible y rentable la actividad. Hoy en día, sobre la mesa están los 45 M€ que propuso la Comisión Europea, exclusivamente para el acceso. Además, las posiciones siguen enfrentadas con relación a la posibilidad de incluir la categoría de cefalópodos en el nuevo protocolo.
Para nosotros, en estos momentos, lo más importante es que se negocien unas condiciones técnicas adecuadas. Si no se consiguiesen en esta ronda, sería preferible no cerrar en falso el acuerdo y seguir negociando en otra ronda posterior. Lo peor que podría ocurrir es que se repitiese la historia del protocolo anterior. Después de un montón de rondas, la Comisión Europea decidió, en contra de la opinión de todo el sector pesquero y de los Estados miembros de la UE, rubricar un acuerdo que dejaba fuera a los cefalopoderos y que incluía unas condiciones técnicas que impedían que la actividad pudiese ser mínimamente rentable. Por ello, la mayoría de los buques no utilizaron las licencias que el acuerdo ofrecía durante muchos meses, y esto fue así hasta que se consiguieron mejorar dichas condiciones técnicas en las sucesivas Comisiones Mixtas.
Confiemos en esta ocasión en las aparentes ganas que hay de sacar el acuerdo adelante y que, al final de la semana, nos podamos volver a casa con un resultado positivo, que permita a nuestros buques poder utilizar el que sería el acuerdo de pesca más importante entre la UE y un tercer país. Si así fuera, se crearía mucho empleo tanto en España como en Mauritania y se devolvería la alegría a mucha gente de Andalucía, Galicia y País Vasco.
Pronto os contaré el desenlace…